Cómo montar una bodega en tu negocio

Los muebles botelleros modernos permiten tener una bodega a la vista de los clientes o tener un buen almacén/bodega de vino en la parte no visible del negocio. También permiten combinar ambos para cubrir todas las necesidades del local y disponer de vinos a la vista y de otros ocultos que se van sacando según se desee.

Para montar una bodega en el negocio solo hace falta contar con un espacio adecuado y con los muebles que hagan posible el almacenamiento de las botellas y que son principalmente dos: las estanterías botelleros y las vinotecas climatizadas para vinos que se deban de servir a una temperatura concreta.

Bodegas a la vista

En muchos lugares en los que el vino es producto estrella es normal tener una bodega a la vista. Esta puede ser toda la bodega del establecimiento o ser solo una muestra representativa de lo que hay almacenado en el interior.

Los encargados del local pueden coger en estas bodegas a la vista el vino que se va sirviendo a lo largo del día, de manera que el cliente pueda echar un vistazo y decidir qué botella quiere. Es práctico y también es estéticamente muy atractivo.

La decoración de estas bodegas a la vista es muy importante, tienen que ser bonitas y muy llamativas. Pueden tener un aspecto muy moderno, con líneas minimalistas y con estanterías de diseño o pueden tener un aire más clásico, imitando a las viejas bodegas de vinos que están en sótanos o cuevas, usando recubrimientos de piedra para las paredes y muebles con un cierto aire antiguo.

Bodegas ocultas

Cuando la bodega no está a la vista de los clientes se puede jugar un poco más con el espacio aunque sea a costa de la estética. Por ejemplo, las estanterías hasta el techo pueden ser muy útiles cuando hay un gran número de botellas o cuando se quiere optimizar un espacio pequeño. No importa si a la vista todo parece demasiado apretado, porque es un espacio de trabajo en el que solo estarán los empleados del local.

En las bodegas ocultas también se pueden utilizar aquellas estanterías y vinotecas refrigeradas que estéticamente ya no están bonitas para tener de cara al público pero que siguen siendo útiles. Así, se puede amortizar más el material sin tener que invertir en cosas nuevas cuando no es un buen momento para ello.

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