Elementos que convierten tu peluquería en un salón profesional

En este artículo nos centraremos en el caso de una peluquería, pero ocurre en cualquier local u espacio en el que se trabaje de cara al público: ya no basta con tener las herramientas, y obviamente el buen desempeño es clave, pero la presencia, la distribución, que nos sintamos cómodos es un plus muy a tener en cuenta a la hora de inclinarnos por un establecimiento u otro.

Más aún si hablamos de salones y centros de belleza donde el bienestar forma parte de la experiencia. Sensación que podemos acrecentar gracias a distintos elementos que pueden pasar por un mobiliario de peluquería Pietranera, básico para realizar cualquier trabajo de peluquería, hasta aquellos que usemos en la sala de espera, donde ya nuestro cliente debe comenzar a percibir nuestro trabajo.

lavacabezas
Imagen: pietranera.com

Mobiliario básico de peluquería

Obviamente sillas y tocadores son fundamentales, pero no son los únicos recursos: lavacabezas, expositores, secadores de casco, espejos… Todo el proceso de adecentar nuestro cabello debe estar cubierto y distribuido de forma cómoda y elegante.

Y, ¿cuánto nos puede costar amueblar de forma adecuada un local de unos 30 metros cuadrados? El presupuesto medio ronda los 36.000 euros, más que suficientes para dar servicio a cinco clientes con todas las comodidades.

Este presupuesto incluye piezas donde también se aprecie el diseño y el confort: nadie quiere que lo traten con utensilios y herramientas donde se cree una sensación estandarizada. En un salón de belleza se busca la experiencia de disfrutar del tratamiento, desde la charla hasta la comodidad juegan un papel fundamental, y esto se consigue de mejor forma con un sillón de barbero estilo años 50 con acabados en cuero y acero inoxidable que en una simple silla reclinable.

Distribución por ambientes

El objetivo a conseguir es que el cliente se sienta cómodo desde que entra hasta que sale, y para ello debemos atender a cada una de las necesidades que se le pueda presentar en nuestro salón.

Una sala de espera confortable es el segundo espacio que debemos atender con especial mimo después de la zona de lavado, peinado y corte. Las esperas son habituales en las peluquerías, por lo que parte de la satisfacción viene de que estas sean lo más llevaderas posibles.

No vale únicamente sillones y un revistero. Hay que ir un paso más: decoración zen, música relajante, elementos de agua… En definitiva todo lo que pueda complementar a la simple fórmula de tomar asiento y leer una publicación.

Por otra parte, los sillones además de confortables deben ser amplios para acomodar a todo tipo de personas, y con materiales resistentes al desgaste: a nadie le resulta apetecible un asiento con jirones por mucho que imite al cuero.

Y no sólo acaba la distribución en zona de trabajo y sala de espera. La recepción, aunque sea en espacios diáfanos, cuanto más exenta (que no se sitúe contra la pared) más sensación de accesibilidad y de buena atención al cliente transmitirá.

Iluminación, colorterapia y decoración

La iluminación y los colores son claves no sólo para transmitir sensaciones, sino también para no modificar los resultados: una iluminación brillante y blanca en la zona de trabajo permite apreciar los resultados de forma real, sin modificar la coloración como podría hacerlo el amarillo o los tonos chillones, que a pesar de ser más alegres, pueden dar una percepción irreal sobre todo en tintes y coloraciones capilares.

Estos colores sí funcionan bien en la zona de espera, donde además complementan la acción de los elementos de decoración zen, permitiendo un relax que tampoco acabe en la creación de un estado somnoliento.

Esta misma fórmula se aplica al color de las paredes, que debe ser neutro en la zona donde se sitúen los muebles de lavado y corte (los tonos marrón claro, beige o blancos rotos funcionan muy bien) y tranquilizadores en la sala de espera como resultan los azules o rosas claros.

Por último, respecto a la decoración, ésta debe inspirar y estimular el trabajo del centro de peluquería: imágenes elegantes de cortes y peinados presentadas como si formaran parte de la decoración de nuestro propio hogar, es decir, de forma cuidada (enmarcadas, con toques de diseño etc.) y sobre todo que se alejen del estándar de imágenes de catálogo. Cuanto más originales resultemos, más distinguibles y referenciables seremos. Recordad cómo cierta cadena se hizo famosa por el simple hecho de distribuir la decoración de sus centros con llamativos espejos.

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