Crowdfunding

El micromecenazgo, palabra usada en castellano para definir este nuevo concepto anglosajón, hace referencia a una red de financiación colectiva, normalmente online, que por medio de donaciones económicas consiguen financiar un proyecto a cambio de recompensas. Estas participaciones son de manera altruista.

crowdfunding

En España, la primera acción de mecenazgo se produjo en 1989, cuando el grupo musical español Extremoduro financió su primero disco gracias a las aportaciones económicas de sus fans. Cualquier emprendedor debe saber que existen diferentes tipos de micromecenzago. El proyecto que se financia gracias a las aportaciones económicas de diferentes personas recibe el nombre de “donaciones”. Si por el contrario, estas personas que aportan un dinero, más adelante reciben una recompensa, este tipo de crowdfunding recibe el nombre de “recompensas”. Existe también el tipo “acciones”, cuya finalidad es repartir participaciones a quienes hayan ayudado económicamente al proyecto.

El crowdlending es otro tipo que hace referencia a una financiación en masa, a través de prestamos de una empresa a cambio de un tipo interés por el dinero prestado. Por último, existe otro tipo de acción llamada “royalties”, en los cuales se reparte una cantidad simbólica de dinero de los beneficios obtenidos.

Vamos a averiguar un poco más acerca de cómo emprender una campaña de crowdfunding para sacar adelante nuestro nuevo proyecto. Lo primero que tenemos que hacer es enviar nuestro proyecto vía online a alguna de las plataformas de crowdfunding que existen. Para que nuestro proyecto resulte elegido, debemos describirlo previamente, explicar la cantidad de dinero que precisamos y el tiempo que tenemos de margen para recaudar la cuantía que estamos solicitando y el tipo de micromecenzago que queremos para poner en marcha nuestro proyecto.

Una vez explicado, la plataforma pasa a analizar la viabilidad del mismo y el interés que dicho trabajo puede despertar. La plataforma, una vez valorado el proyecto, pasa a publicarlo en su plataforma indicando el tiempo restante para poder hacer donaciones. Durante este periodo de tiempo debemos hacer una promoción extrema de nuestro proyecto, tanto en Internet como en los medios de comunicación y haciendo especial hincapié en las diferentes redes sociales que existen, ya que éstas hoy en día albergan a millones de personas alrededor de todo el mundo.

Una vez que se ha cumplido el plazo para poder realizar donaciones, se cierra la plataforma y se pasa a contar el dinero recaudado.

Estos nuevos sistemas de financiación nos reportan una serie de ventajas con respecto a los métodos más tradicionales y conocidos hasta ahora de obtener dinero de manera rápida y en la mayoría de los casos de manera desinteresada.

No necesitamos hablar con ninguna entidad bancaria para solicitar un préstamo. Esta nueva manera de obtener dinero para llevar a cabo nuestros proyectos nos sirve como termómetro y poder hacer una primera valoración de cómo la gente ha acogido nuestra idea y saber lo interesada que está en ayudarnos económicamente.

Uno de los ejemplos de crowdfunding más llamativos que nos dejó el pasado año tuvo como protagonista a la marca fabricante de smartwatch Pebble. Lanzó una campaña para financiar su nuevo modelo de smartwatch en febrero de 2015 y en 32 días que duró la campaña recaudaron 20.338.002$, con un total de 78.467 mecenas.

Es evidente que cada vez más proyecto salen adelante gracias a la colaboración desinteresada de personas anónimas que siguen creyendo en nuevas ideas y lo demuestran donando importantes sumas de dinero.

A.Celma

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